Los días han pasado y nuestras vidas apenas se cruzan. Y, cuando lo hacen, nos limitamos a saludarnos con la cabeza soltando un rápido hola o, en el mejor de los casos, a preguntar qué tal todo sin casi esperar la respuesta.
Pero bastan un par de anécdotas y alguna que otra puya infantil para que los decenios se vengan abajo y nos reconozcamos en los recuerdos comunes. De pronto, nos sale de dentro la necesidad de saber de unos y otras. Y quienes llevan años fuera sienten el tirón del pueblo y no pueden resistirse a él.
Es también la ocasión para celebrar que no estamos solos; que cuando, a veces, una canción, una mirada, un olor, una frase despiertan algo dentro de ti, hay otros que también lo notan porque vivieron lo mismo; que la infancia que llevamos dentro de nosotros para siempre consiste en las cosas compartidas; que Torrenueva nos une con lazos indestructibles porque se forjaron entonces.
Este blog es el primer paso de esa celebración. Vendrá luego el gran día, que será inolvidable. Y queremos que continúe después, con menos nostalgias del pasado y más realidades del presente: descuidándonos menos y mimándonos más. La vida no espera por nadie y hay que bebérsela sin pausa.
Empezamos ya. Que hay que seguir haciendo historia.