Hoy llego yo también a los 50. Os confieso, antes de nada, la emoción que me agarra sólo al pensar que en poco más de un mes estaré con vosotros y en la iglesia del pueblo, escenario de tantos grandes momentos alegres y tristes de nuestras vidas. Y comiendo tortas y subiendo al cerrillo. Y cenando y viendo cómo bailáis en la banqueta…
No voy a repetir lo que todos sentimos porque ya está escrito en este blog. Quiero contaros algo más personal. Para mí, celebrar este día es un privilegio. Con el paso del tiempo, te das cuenta de que las cosas que importan de verdad en la vida son muy pocas, y casi todas tienen nombre de persona. Y entre esas personas estáis vosotros.
Creo que mi entusiasmo se notó desde el primer día. Os diré por qué.